sábado, 11 de septiembre de 2010

Desarrollo de Pensamiento y Lenguaje

El problema del pensamiento y el lenguaje es tan antiguo como la propia psicología; sin embargo, la relación entre el lenguaje y el pensamiento es el aspecto que resulta menos estudiado. El análisis atomista y funcional, que dominó la psicología científica a lo largo de la última década, dio lugar a considerar las funciones psíquicas de forma aislada y a elaborar y perfeccionar métodos de investigación psicológica aplicados al estudio de esos procesos aislados y separados entre sí. Por lo anterior, debemos segmentar el complicado conjunto en unidades. Por unidad entendemos el resultado del análisis que, a diferencia de los elementos, goza de todas las propiedades fundamentales características del conjunto y constituye una parte viva e indivisible de la totalidad. Entonces, una psicología que desee estudiar las unidades complejas tiene que comprender que debe sustituir los métodos de descomposición en elementos por un método de análisis que segmente en unidades.

El hecho principal que encontramos en el análisis genético del lenguaje y el pensamiento es que la relación entre ambos procesos no es constante a lo largo de su desarrollo, sino variable. Esta relación cambia durante el proceso del desarrollo, tanto en cantidad como en calidad. Por lo tanto, la evolución del lenguaje y el pensamiento no es paralela ni uniforme. Sus curvas de crecimiento se juntan y separan repetidas veces, se cruzan, durante determinados períodos se alinean en paralelo y llegan incluso a fundirse en algún momento, volviendo a bifurcarse a continuación.
El lenguaje y el pensamiento proceden de raíces genéticas independientes. Este hecho ha quedado demostrado consistentemente por toda una serie de investigaciones en el dominio de la psicología animal. Ambas funciones, en todo el reino animal, no sólo tienen raíces diferentes; su desarrollo, además, sigue líneas distintas. Las investigaciones sobre el intelecto y el lenguaje de los antropoides, especialmente las de Köhler (1921) tiene un valor decisivo para revelar este hecho trascendental.

Por lo general, el lenguaje infantil ha sido considerado como una forma de comportamiento predominantemente emocional en esta fase de su desarrollo. Algunas investigaciones de Bühler sobre las primeras formas de comportamiento social del niño y el inventario de sus reacciones durante el primer año de vida, y la de sus cols. Hetzer y Tuder-Gart sobre las reacciones tempranas del niño a la voz humana; muestran como durante el primer año de vida del niño encontramos un rico desarrollo de la función social del lenguaje, precisamente en su fase preintelectual de desarrollo.
El relativamente complejo y rico contacto social del niño da lugar a un desarrollo extraordinariamente temprano de los recursos comunicativos. Se ha constatado la aparición de reacciones simples pero bien definidas del niño a la voz humana ya en su tercera semana de vida (reacciones presociales) y la primera reacción social a la voz humana en el segundo mes.


Conceptos:

La formación del concepto esta dividida para efectos de estudio y de acuerdo con Vigotsky en 3 partes: el predominio de la imagen sincrética, el complejo y el del concepto. Esta última se divide en varias etapas: la primera se refiere a los elementos que participan en la formación del concepto, tales como el pensamiento complejo, que es la unificación de las impresiones perceptivas y la abstracción o la separación de los elementos de una totalidad. La siguiente etapa se caracteriza porque la abstracción se enfoca en un solo elemento del todo y con ello se crea la formación de los conceptos potenciales; donde un rasgo del todo es abstraído pero es inestable. La formación del concepto se da cuando los rasgos abstraídos son sintetizados y esa síntesis se utiliza para pensar.

La relación que guardan los conceptos, el lenguaje y el pensamiento es la que sigue: el lenguaje es la actividad mediadora entre el pensamiento y la formación del concepto. Existen dos propuestas para atender la adquisición de los conceptos científicos o no espontáneos y la de los conceptos cotidianos, la primera nos habla de una simple asimilación, la segunda hace referencia a los mismos procesos del desarrollo del concepto en la edad infantil. La diferencia entre los conceptos cotidianos y los cientificos, radica en que los primeros son resultados de los propios esfuerzos mentales del individuo, mientras que los conceptos cientificos estan inducidos por los adultos en el caso de los niños.

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